jueves, 5 de marzo de 2015

HACE TRECE AÑOS PERDÍ UN VUELO CON DESTINO A TAILANDIA...

    Hace doce años perdí un vuelo con destino Tailandia. Bien, es algo que le puede pasar a cualquiera. Pues ese cualquiera era Caroline March en su luna de miel. 
  Os pongo en situación: ahí estaba yo, con veinticinco años recién cumplidos y estrenando marido en medio de Barajas con cara de panoli mirando incrédula hacia la “amable” empleada de la Thai. Que no, que no era mi primer viaje, ni mucho menos, pero sí el más preparado. De hecho, preparado minuciosamente, y como tal, pues minuciosamente no salió nada como estaba preparado. Y con la misma cara de panoli que yo, estaba ella. Recuerdo que cuando la conocí pensé: “pero mira que es guapa la jodía, seguro que es una estúpida de cuidado” Os vuelvo a poner en situación: ella estaba igual que yo, estrenando marido, luna de miel y viaje perdido. De hecho, el mismo viaje. A las dos parejas, como aquel año Tailandia estaba muy solicitada, nos vendieron un vuelo con escala en Londres, con la condición de que las maletas las facturáramos en la Thai. Pues que esperando, esperando…el vuelo a Londres despegó y seguíamos con las maletas en Madrid. Y allí estábamos, pidiendo explicaciones a la (repito) “amabilísima” empleada de la Thai, que justamente ese día entró tarde a trabajar y por eso no pudimos facturar ya que nos faltaba el dichoso sellito.
     Y mi marido pidiéndome explicaciones a mí en silencio, como si fuera un oráculo:
      —Vamos Caroline, que tú eres abogada coño, ¡haz algo!.
     Y yo, respondiéndole con miradas cargadas de furia:
      —¡Y qué coño voy a hacer! ¡Que soy Licenciada en Derecho! Que no me he colegiado todavía. A ver si quieres que le recite la Constitución en verso ¡leches!
     Y el marido de ella, que se quedó sin batería en el móvil, hablándole a la empleada de la Thai.
      —Perdona maja… (y yo pensando: «¿maja?, pero si tiene pinta de querer sacarnos los ojos con la punta del boli bic»), que digo yo que ya que estamos esperando una solución, por lo menos podías dejarme cargar el móvil. Que a ver cómo vamos a arreglar algo sin teléfono.
     Y en ese momento, la susodicha “maja” comprobó el pasaporte de ella y se dio cuenta de que no era válido para viajar a Tailandia porque caducaba en cinco meses. Y ella, pues ¡hala! a llorar a lágrima viva. Y yo bloqueada, mirándola estupefacta. Que sí, que también quería echarme a llorar, pero que una es más de llorar hacia dentro… Y mi marido, que tiene más capacidad de reacción que yo, se la llevó consolándola a la Policía para que le dieran un visado urgente. Y ahí nos quedamos su marido, custodiando el móvil, y yo, que me di cuenta demasiado tarde que el móvil lo llevaba mi marido. Ya me entendéis, que era nuestra luna de miel, hasta un teléfono nos sobraba…
      Y su marido habló:
      —Pues yo no me voy de aquí sin que nos consigan vuelo.
      —Pues no me muevo tampoco, que a ver cómo me localiza mi marido sin teléfono…y encima me ha dejado con las tres maletas—dije mirando los bultos con odio
     Y a la vez pensando: «cómo volvamos a casa, después del fanfarrio y la fanfarria, después de estar un año planeando la boda, el viaje, después de advertencias de madres, abuelas, primos, sobrinos y demás familia en plan: “con lo bonitas que son las Canarias y vosotros a un país dónde os van a meter droga en la maleta”, y nosotros: “que no, que no, que está todo super planificado, que va a ser perfecto ¡PERFECTO!”, que si regresábamos ese día, nos pegaban una patada que acabábamos en medio del Pacífico»
     —Y ¿de dónde sois?—preguntó él interrumpiendo mis disertaciones mentales.
     —De Logroño.
     —¡Qué coincidencia! Pero si nosotros somos de al lado. Traducido: una hora en coche.
    Y ahí empezamos a hablar y hablar. Y para cuando llegaron nuestros respectivos con el tema del pasaporte resuelto, ya teníamos plaza en un vuelo directo a Bangkok (consejo: cuando os suceda algo parecido, matad de aburrimiento a la encargada de conseguiros un vuelo. Funciona). Y ella, ya había dejado de llorar, pero yo no había dejado de temblar. Y como además de guapa descubrí que era una bellísima persona, sin conocerme de nada me adoptó. Sí, me pasó la mano por los hombros y me dijo: “tranquila, está todo solucionado, este viaje va a ser fantástico”

Si la sonrisa ya lo dice todo... ¿verdad?
    Y lo fue, fue un viaje inolvidable (un viaje que dio para un millar de anécdotas, que iré desgranando poco a poco) Descubrimos, que además de haber elegido el mismo día para casarnos, nuestras vidas a partir de ese momento seguirían un camino parecido. Ya sabéis: hija ellos. Nosotros…«ufff…no, que es demasiado pronto». Un año después: hija nosotros. Dos años después: hijo ellos. Y nosotros…«ufff…es que dos…». Y sin que acabara el año: hijo nosotros. Y dos años después: hijo ellos de nuevo. Y nosotros….pues nosotros no. Esta vez sí que no. Y entre tanto niño seguimos riéndonos, celebrando juntos nuestro aniversario de boda y viajando…viajando a New York solos, viajando a la costa con la familia…y viviendo…Viviendo y compartiendo cosas como solo dos personas que de repente descubren que son más que amigas pueden hacerlo.



                                  Caroline March (viajera incansable y despistada irrecuperable)

sábado, 24 de enero de 2015

LO QUE DIO UN AÑO DE SÍ...Y DE NO...

     Esta semana se cumple un año desde que comencé en esto de la escritura. Y toca sincerarse. Una que mucho de listas de pros y contras. Este ha sido el resultado (more or less):
  1. 22 de enero: se publica «Búscame en tus sueños».
  2.  Principios de febrero: un periódico autonómico se hace eco de la noticia llamándome «Carmen March».
  3. 20 de febrero: presento en una pequeña librería, ante un grupo de amigos y familiares (también alguna sorpresa de gente que se enteró y vino a conocerme) el libro. Y también un profesor de lengua de mi ex colegio que no quiso perderse el evento y me dijo que ya me buscaría para darme su opinión…y al que he procurado evitar todo el año…Una que es así, un poquitín cobarde…
  4.  28 de febrero: gano el II Certamen HQÑ con la novela «Mi alma gemela (Mo anam cara)»
  5.  Abril: rueda de prensa frente a varios medios con entrega del premio, reportaje de TVE Rioja en mi casa, entrevistas en radio (Onda Cero, COPE) y entrevista en el plató de TV de La Rioja. El día 23 doy una conferencia ante un aforo de unas ochenta personas en la Biblioteca Pública hablando de la novela romántica con motivo del Día del Libro. Llenan mi ciudad con más de 500 carteles con mi foto anunciando el acto (ahora ya me llaman Caroline March). ¿Exagerado? No lo pongo en duda, aunque surtió efecto: la sala se llenó.
  6.  Julio: participo en el programa «Riojanos de Bandera» de la SER. Entrevistan a los personajes de Mi alma gemela en «La Cuna de Eros» (la entrevista más divertida de mi corta carrera) y también publican una entrevista en un periódico de Chile.
  7.  Agosto: participo en la tertulia de cultura de Onda Cero.
  8.  Septiembre: sale publicado en papel Mi alma gemela.
  9.  Octubre: me voy a Barcelona al B’Radic.
  10.  Noviembre: presento, esta vez en la librería más conocida de mi ciudad, Mi alma gemela. Entrevistas en la radio, tanto en estudio como telefónicas de la SER, COPE, Onda Cero y RNE. Reportaje en TVE La Rioja y entrevista en el plató de TV Rioja 4. Reportajes y entrevistas en los dos diarios de mi comunidad: La Rioja y el Correo (esta última con mi hijo de dos años colgado de mis pantalones y gritando: “Yo, yo, yo…tamben!”, ya veis, todo glamour…). Asisto en Madrid al I Congreso del Rincón de la Novela Romántica como ponente.
  11.  Diciembre: colaboro en la antología «20 pétalos de amor y esperanza», publicada el día 15 de la Asociación Todos con Alex Sturge Weber España, con un relato: «Nuestra historia». Grabo un vídeo informativo para Médicos Mundi sobre la igualdad de la mujer que se emite en una gala benéfica el día 30.

      Después de leer la lista habrá gente que piense que estoy presumiendo de todo lo que hice (no es esa mi intención, ya que si me habéis seguido en face sabéis que nunca he colgado ninguna entrevista ni reportaje, aunque sí los he mencionado) y otros que pensarán que ellos han hecho mucho más (por supuesto, eso nunca lo he dudado y además lo he visto).
     Y ahora viene la explicación: ha sido un año de NO. Sí: NO. Caroline March NO existía, NO tenía Facebook (pero ni con mi nombre, que ya me cuesta tener el teléfono conectado, con que mantener una cuenta en las RRSS ni os cuento…), NO había escrito nunca antes, ni un diario, ni un relato, ni un cuento, ni un artículo…NADA. Por supuesto NO había ganado un premio, bueno una vez me toco lo apostado en la Lotería de Navidad. NO había pisado un estudio de radio ni de televisión, ni había realizado ninguna entrevista. Apunte: la pregunta más extraña me la hizo un periodista en la tele: «Y tú, ¿has encontrado tu alma gemela?» (emoticono ojiplático). NO había realizado ninguna conferencia, porque para eso están los conferenciantes profesionales. NO había presentado nada (tampoco tenía nada que presentar), pero es que ni siquiera había asistido a una presentación. NO estaba en los foros de novela romántica, NO pertenecía a ningún grupo ni asociación cultural. En definitiva: NO. Y no es que no quisiera, es que realmente nunca me lo había planteado.
      Y como fue un año de NO, también fue un año de SÍ. Sin saber dónde me metía, pues metí la pata hasta el fondo un montón de veces, por lo tanto fue un año de SÍ a todos los errores que se puedan cuantificar y cualificar. Y fue un año en el que perdí: perdí en lo personal, perdí en lo profesional y en lo escrituril…ni os lo imagináis. Y en lo físico, perdí doce kilos y casi me quedé calva a causa del estrés (no es broma, VRH6 Definitive Hair funciona, y no me pagan por hacer publicidad). Y también gané a personas maravillosas que se han ido subiendo al tren de mi vida, pero perdí a gente que nunca pensé que me iba a abandonar…
     “Date un año” me dijo mi madre, y le hice caso, que las madres es eso lo que tienen, que son muy sabias. Y un año me di, porque para casi todo en esta vida, 365 días pueden hacer que tu vida cambie por completo. Y me lo dijo porque lo vivió conmigo, como lo hicieron mis amigas, que más que vivir, lo sufrieron y padecieron…que una a veces es muy “drama queen”. Me pregunté mil veces qué estaba haciendo, porque no puedo explicar lo que sentí al ver expuesto mi trabajo, ya que en cada libro se esconde un pedacito de mi alma. Porque sí, detrás de todas esas letras que pueden gustar o no, siempre hay una persona.  Y cómo explicar lo que sufrí al ver que se criticaba hasta mi capacidad como madre:“…cómo se nota que Caroline March no es madre. Una madre no abandonaría jamás a sus hijos, está claro que es una persona egoísta y carente de sentimientos”. Supongo que si se hubieran leído hasta el final «Mi alma gemela», o supieran que soy madre de dos hijos y lo que me costó traerlos a este mundo, pues igual no hubieran publicado tales opiniones. O igual es suponer demasiado…
      Ha pasado un año y sigo aquí, pese a todo y gracias a todos. ¿Hasta cuándo? Vosotros tenéis la última palabra…

                                          Caroline (anteriormente conocida como Carmen) March